lunes, 6 de julio de 2009

Es la magia de tu cuerpo o el perfume de tu aliento, es el fuego de tu hoguera que me tiene prisionera. El veneno dulce de tu encanto, es la cama que me va quemando, es la miel de tu ternura la razón de mi locura. No soy nada sin la luz de tu mirada, sin el eco de tu risa que se cuela en mi ventana. Eres dueño del calor sobre mi almohada, de mis noches de nostalgia, de mis sueños y esperanzas. Son tus besos, dulce fruta que me embriaga, que se lleva mis tristezas y devuelve al fin la calma. Prisionera de tu amor en la alborada, de tus besos, tus caricias, que se quedan en el alma. Te amo puchununú (L)

No hay comentarios:

Publicar un comentario